Probado por Hamilton, para ti
El SL 43 AMG emplea un motor turbo de dos litros, el cual eroga 381 Hp y 480 Nm de torque, asociado a una caja AMG SPEEDSHIFT MCT 9G (automática de doble embrague húmedo y nueve velocidades). O sea, es el famoso motor que lleva el A45 AMG (M139) y que también veremos en otros autos, desde el Clase S hasta el Lotus Emira (si, ese Lotus). Pero AMG le incorporó un motor eléctrico al turbo como ayuda.
¿Cuándo entra el motor eléctrico? Como se sabe, el turbo funciona accionado por los gases de escape. Esto significa que se necesita presión para que funcione. Si no hay aceleración suficiente, el turbo demorará más en entrar en funcionamiento, efecto que conocemos como retardo o “lag”, algo que se ha tratado de solucionar con millones de tecnologías, pero que aún así está presente. Entre más potente el turbo, más lag antes de la diversión.
Con el motor eléctrico, Mercedes pretende que el turbo entre en funcionamiento antes, sin necesidad de contar con toda la carga de aceleración. Esto significa que el turbo entra en funcionamiento de una manera más eficiente. Los beneficios son muchos, incluyendo más torque a bajas velocidades, una curva de potencia más plana y enérgica, y por supuesto menos desgaste y mayor eficiencia a la hora de obtener una respuesta deportiva.
Este motor eléctrico de apenas cuatro centímetros de grosor, se ubica justo entre las dos turbinas, la que recibe el aire y la que comprime. Se alimenta por el circuito eléctrico de 48v del auto (casi todos los Mercedes son microhíbridos de 48v hoy en día) y funciona hasta 170 mil RPM.